En el dedo anular de mi mano izquierda está el busto de Aristotle. En la mi derecha la muñeca es un reloj que se divierte la imagen de George curioso. Calculo que el universo es diciéndome que en alguna parte entre el padre de la filosofía occidental y un mono dañoso es el secreto de la vida.
En cuanto puedo decir, el universo nos está regando por siempre con querer, penetración útil. Si paramos, miramos y escuchamos es otra materia… que habla por mí mismo.
Me obligan a estar en la asociación regular con un hombre que tenga aversión generalmente apenas sobre todo sobre mí. Para decir que soy un ajuste pobre en su opinión de cómo las cosas deben ser es una subestimación. Esto ha sido tan por un número de años. Durante el bulto de ese tiempo, vine el hallazgo la mayoría del todo sobre él digno de evitación-hasta que, estimulado por el dolor como todos estamos eventual, emergieran un número de realidades heladas. Había hecho lo que rechacé. El individuo era un espejo. Lo que encontré que de falta en él era algo sobre mí todavía perdonaría. El hombre era realmente dios que intentaba salir una subida de mí, pidiendo, “apenas qué usted piensan necesidades de ser querido si no es qué pisses le apagado?” Conseguí esto intelectual, pero soy un adicto de recuperación y el zumbido gratificante del juicio está entre mis drogas de la opción. Mi SENIOR de las iniciales podía colocarse para autosuficiente. Mis iniciales son realmente autosuficientes SXR-adicional. La fuerza también sea el mejor. De todas formas, por alguna razón (generosidad divina el más probable), comencé a observar el humor en mi locura, eso y cómo mi pasión para la unicidad había dibujado a mí esta oportunidad sagrada de perdonarse para todas las clases de opciones destructivas en esto y otras vidas. Hoy, mi práctica espiritual incluye considerar a mi pal como dios que usa una máscara de huffing y de soplar. Ese y uno mismo-perdón siempre que encuentre mi cabra conseguida los plomos (si agraciado o golpeando con el pie y gritando) a un arco interno de la gratitud. Con excepción de mi gurú, de mi novia y de mis cabritos, este hombre es mi conocido valorado. Uno actualmente de nosotros vamos a realizar que somos amigos.
No adquirí el anillo y el reloj deliberadamente. Como todo en mi vida, ellos apenas clase de aparecido. Vi el anillo en un sueño, un camafeo oval, blanco en la lavanda, sistema en oro. Que empujan algunos días más adelante alrededor de una ciudad desconocedora que funcioné a través de un cobarde hago compras- los proveedores de la joyería del estado. Solamente cuando el propietario mencionó él aprendí que el retrato del camafeo estaba de Aristotle, sobre quien sabía tan cerca nada pues es posible saber sin asumir él era una estrella del rock.
Llevo el acercamiento del hombre perezoso el aprendizaje, basado en la asunción que cuando el universo quisiera que fuera consciente algo pondrá esa información en mi trayectoria. Cuál es porqué pues escribo esto, una buena media docena los años después de resbalar a Aristotle en el dedo de mi corazón, sé solamente dos cosas sobre él. Primero, él es uno de los resortes de los cuales el río del pensamiento filosófico del mundo fluye. Esto significa que él tenía mucho decir. I, sin embargo, familiar de la con virtualmente ninguno de él. Trayendo nos a la segunda cosa me sé sobre él, un solo tópico que sucedí a través en Bartlett o una cierta tal referencia. El carácter se revela con la acción. Mientras que pude haber confiadolo a la memoria porque es apenas cinco palabras, su significado crece dentro de mí, alimentado por cada condición económica, cada encuentro, cada opción. Como un mármol en mi zapato del baile, Aristotle me está transformando. Un caracol, por la comparación, sería Seabiscuit, si estamos hablando velocidad, solamente transformación no obstante.
El momento vi el mono en el quiosco del reloj, el reloj todo sino saltado del contador y puesto manilla a mi muñeca, yo que reía de nuevo del arsenal tonto de guías el universo proporcionar-este vez un simian kind-hearted en el cual podría conseguirse y fuera de toda la manera de la bribonería sin decir una palabra. ¿Algo el icono perfecto del “carácter que es revelado con la acción,” usted no diría?
Si el secreto de la vida miente entre Aristotle a mi George izquierdo y curioso a mi derecho, después, hey, ese secreto debe residir dentro de mí. ¿Éstos qué Jesús y otro aclaró han sido no están enseñando por siempre? ¿El reino del cielo está dentro de la clase de cosa? Encuentro el universo nada si no persistente en recordarnos verdades simples.
Por ejemplo, dios se disfraza como fontanero en Cleveland. ¿Cómo sé? Porque él me dio un beso de allí.
Un Clevelander nombró a Bob había escrito una letra encantadora a mi editor que decía cómo mi libro de los ensayos y de las historias, corazón caliente de la mente fresca, había sido provechoso él y a su familia a la vez de desafío especial. Llamé a Bob para agradecerlo por sus palabras buenas y para encontrar a un nuevo amigo. Nuestra charla era como dos viejos ejecutantes del jazz en diálogo musical sobre nuestra gratitud respectiva para todos lo que nos habían privilegiado para aprender sobre las cosas tales como amor, la entrega, la confianza, la angustia, y los regalos inherentes en cada momento.
¿Bob dice de pronto, “puedo llamarle detrás en algunos minutos? El fontanero ha llegado para fijar algunas cosas que exceden mi maestría pobre, y necesito señalarlo en la dirección correcta.”
Diez minutos más adelante los anillos del teléfono. Bob dice, “hablando de regalos….”
Resulta, el fontanero del señor, de quien Bob nunca se había encontrado antes, los goteos de Bob fijo y de cosa con apenas una película de la llave.
El “muchacho,” dijo Bob, “que era impresionante. Gracias. Cuánto yo le debe?”
“Oh, no puedo cargarle para esto,” dijo a fontanero. “No era nada.”
Bob, como muchos de nosotros, era familiar con los fontaneros para quienes es práctica común cargar X apenas para caminar en la puerta.
“Que no parece justo,” Bob dijo. “Usted concertó una cita y condujo aquí. Solamente correcto que le pago por su tiempo y costo.”
“Bien, cómo combate del `si usted me da el dinero del almuerzo?” el fontanero dice.
¿Ése todavía no parecía bastante a Bob, pero qué podría él hacer? Él saca tan su carpeta y da a hombre veinte.
El fontanero entonces saca su propia carpeta y da a parte posterior de Bob quince dólares.
Es a este punto en nuestra conversación que siento el smooch divino: una risa, “hola amigo, estoy aquí.”
Mientras que escribía a este ensayo me fui a Manhattan por un día de museos y de películas. Estoy en un título del taxi encima de la carretera del lado oeste y paso punto cero a la nuestra derecha. Y apenas como lo hacemos, noto viajando en el carril al lado de nosotros el final trasero de un SUV en el cual estén dos pegatinas para el parachoques. En letras negras en color de rosa está la declaración: “Elvis: el mundo nunca será igual.” Se pone apenas debajo de ella una bandera americana con las palabras “apoya a nuestras tropas.”
No estoy seguro qué el universo está intentando enseñarme que vía esa yuxtaposición impar, que, yo me admito, no obstaculizo en el más leve cuando viene a componer una historia.
Apoyo a nuestras tropas porque se están resolviendo dispuesto de maneras espantosas que pocos de nosotros encontrarán nunca. Ahora las apoyo, y para el resto de sus vidas. Sino como un individuo que tenga un punto suave para Elvis y que refleje en la devastación nuclear sin precedente de Hiroshima y de Nagasaki de 1945 solamente de vez en cuando y efímero, me pregunto si, 61 años de ahora en adelante, más americanos observan cómo “el mundo nunca será igual” debido a Elvis que debido a 9/11.
¿Qué tomaría para ser de otra manera, usted supone? - ese punto cero de las generaciones de ahora en adelante estaría, por lo menos, como resuena en muchos corazones humanos como Elvis, un hombre cuyos apegos, la roca y el rodillo peatonal, las películas caseosas, y la ostentación del rhinestone no podrían obscurecer su pasión para el amor con un L. de capital Elvis habría podido cantar el listín de teléfonos samoano y todavía transportado el sonido del hombre hambriento a estar totalmente desnudo, totalmente vulnerable, totalmente a la una con la llamada de su corazón. Esa hambre, a mí, está en la base de su carisma. La oigo lo más directo posible en sus grabaciones del evangelio, las expresiones conmovedoras de la dedicación espiritual que pueden por siempre ser una fuente de inspiración.
¿Cómo podía el punto cero ser igual?
Quizá creando un monumento que cabecea en la dirección de las minas del oeste del níquel, de Pennsylvania, y de la respuesta de los Amish al asesinato de cinco de sus hijas y de la herida de cinco más-todos colegiala-por un vecino deranged que entonces tardó su propia vida.
Una fotografía en el papel el día demostró después del 11 de septiembre de 2001 a hombre con el pelo graying y expresión severa que lleva a cabo colmo un cartel pequeño, marcador-impreso cuál leído, alguien pagará. Comparar esto a las cuentas de noticias el día después del 2 de octubre de 2006 (la fecha una anciano Amish llamada “nuestro 9/11”), cuando era divulgado que el abuelo de una de las muchachas matadas, como él se colocaba al lado de su cuerpo, dio instrucciones a parientes más jovenes sobre el asesino, “no debe pensar mal en este hombre.”
De hecho, entre la primera gente el Amish alcanzado hacia fuera para consolar era la viuda del asesino. “No pienso que hay cualquiera aquí que quiere hacer cualquier cosa sino perdonar,” un residente fue cotizado como diciendo. “No necesitamos pensar del juicio; necesitamos pensar de perdón y de encenderse.”
En este caso, el “ir en” incluyó razing la escuela en donde ocurrieron los asesinatos y dando vuelta al sitio en pasto.
Imaginarse si la meta del monumento del punto cero era recordar no apenas ésos nosotros que vivían hoy pero también las generaciones subsecuentes del daño que se causa inevitable siempre que cualesquiera de nosotros consideren a algún otro ser “el otro.” Un jardín creado y mantenido en perpetuidad por los niños del mundo pudo servir esa meta siendo las “manos en un estímulo interactivo de la tierra” de la reflexión sin fin en el significado de la vida, los requisitos de la salud, la riqueza de diferencias, la fuerza en la colaboración, y la energía del perdón.
¿Hay un momento cuando el divino no está susurrando en nuestro corazón, enseñándonos que, llamándonos “queridos,” y usando una camiseta que diga, “cada uno tiene el mejor asiento en la casa”? No en cuanto puedo decir.
Si paro, miro y escucho es otra materia.
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